
Amaury Vázquez Villalón, Colección de reflexiones.
Yo no creo que la tierra devore su fruto antes que tome la espléndida aroma y color que lo hace necesario.
No creo que sigan faltando ángeles o que, en ausencia de alguno, continúen infinitas las tragedias que fertilizan el luto.
Ni que el sol deba esconderse segundos después que se asoma a la esperanza.
No creo que el mar se alimenta de las lágrimas que provoca el amanecer interrumpido, ni que la lluvia, por ácida que sea, se nutra de las húmedas mejillas del dolor indescriptible de los brazos vacíos.
Creo, al precio de extinguir mi fe, que no hay lugar más seguro, como antes el vientre, que el que ofrece el pecho de una madre. Eso creo.
(Dedicado a esa pareja de hermanos míos que hoy están de luto, en silencio les lloro)